No todas las grandes transformaciones comienzan con ladrillos. Algunas empiezan con una piedra. En este proyecto, el objetivo era claro: fracturar una gran roca situada en el terreno de una urbanización, liberando el espacio necesario para futuras actuaciones sin alterar el entorno residencial.
Un entorno residencial, un desafío añadido
Trabajar dentro de una urbanización requiere algo más que técnica: exige discreción, seguridad y respeto por el entorno habitado. Por eso, cada paso fue calculado al milímetro. Nada de explosiones ni ruidos innecesarios. Solo precisión, método y control absoluto del proceso.
Fractura limpia, sin sobresaltos
La roca fue intervenida mediante una estrategia progresiva, diseñada para fracturarla desde su interior, sin afectar el terreno circundante ni generar vibraciones. La actuación se desarrolló en varias fases, permitiendo que el agente expansivo hiciera su trabajo de forma gradual, natural y sin presión externa.




Resultado: terreno listo para avanzar
Una vez fragmentada, la piedra fue retirada sin complicaciones, dejando un terreno estable y preparado para lo que viene. No solo se ganó espacio; se ganó tranquilidad. La intervención se completó sin ruidos, sin polvo excesivo y sin impacto sobre los vecinos. Un trabajo limpio, como debe ser.


Pequeños detalles, grandes diferencias
Este tipo de actuaciones demuestran que cuando la planificación va de la mano de la tecnología, incluso los obstáculos más pesados pueden resolverse con ligereza. En Kayati, seguimos apostando por una forma de trabajar donde cada decisión suma, y cada resultado habla por sí solo.

